Propiedades farmacocinéticas: La farmacocinética del omalizumab se ha estudiado en pacientes con asma alérgica.
Absorción: Después de la administración subcutánea, omalizumab se absorbe y su biodisponibilidad absoluta promedio es de 62%. Esta absorción es lenta, alcanzando concentraciones séricas máximas al cabo de 7 u 8 días en promedio. La farmacocinética de omalizumab es lineal a dosis mayores de 0.5 mg/kg. Después de la administración repetida de múltiples dosis, el área bajo la curva de las concentraciones séricas contra tiempo del día 0 al 14 llegan a ser hasta 6 veces mayores que las alcanzadas después de la primera dosis.
Distribución: In vitro, omalizumab forma complejos de tamaño pequeño con la IgE. No se han observado complejos precipitantes ni complejos con pesos moleculares superiores a un millón de Daltons, en estudios in vitro o in vivo.
Los estudios de distribución en tejidos, en macacos de Java no evidenciaron una captación específica de I25-omalizumab por parte de ningún órgano o tejido. Después de la administración subcutánea, el volumen aparente de distribución es de 78 ± 32 ml/kg.
Eliminación: La depuración de omalizumab comprende procesos de depuración de IgG, así como de depuración a través de uniones específicas y de formación de complejos con su ligando específico, la IgE. La eliminación hepática de IgG incluye degradación en las células endoteliales y el sistema reticuloendotelial hepático. La IgG inalterada también se excreta en la bilis. Los estudios con ratones y monos revelan que los complejos omalizumab: IgE se eliminan por medio de interacciones con los receptores Fc dentro del sistema reticuloendotelial a una velocidad generalmente más rápida que la depuración de IgG.
En los pacientes asmáticos, la vida media de eliminación plasmática de omalizumab promedia los 26 días, con una depuración aparente de 2.4 ± 1.1 ml/kg/día en promedio. Por último, la duplicación del peso corporal hace que la depuración aparente sea aproximadamente del doble.
Características en poblaciones especiales:
Edad, raza/grupo étnico y sexo: Se investigó la farmacocinética de omalizumab a fin de evaluar los efectos de las características demográficas. El análisis de los escasos datos disponibles indica que no es necesario efectuar un ajuste de la dosis en función de la edad (12-76 años), la raza, grupo étnico o el sexo.
Insuficiencia renal o hepática: No se tienen datos farmacocinéticos ni farmacodinámicos de pacientes con insuficiencia hepática o renal.
Se debe tener precaución cuando se administre omalizumab a estos pacientes.
Propiedades farmacodinámicas: Omalizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado, obtenido por ingeniería genética, que se une selectivamente a la inmunoglobulina E humana (IgE). El anticuerpo es una IgG1 (kappa) que contiene, enmarcadas por regiones humanas, las regiones determinantes de complementariedad de un anticuerpo murino que se une a la IgE.
La cascada alérgica se inicia cuando la IgE se une a los receptores FCeRI de alta afinidad en la superficie de los mastocitos y basófilos y establece una interconexión con el alergeno. Esto produce la degranulación de esas células efectoras y la liberación de histamina, leucotrienos, citocinas y otros mediadores.
Estos mediadores guardan una relación causal con la fisiopatología del asma alérgica, que incluye la formación de edema en las vías respiratorias, la contracción del músculo liso y una actividad celular perturbada que acompaña al proceso inflamatorio. Estos mediadores contribuyen asimismo a producir los signos y síntomas de la enfermedad alérgica, a saber, broncoconstricción, producción de moco, sibilancias, disnea, opresión torácica, congestión nasal, estornudos, prurito, rinorrea, picor, y lagrimeo.
Omalizumab se une a la IgE e impide la unión de ésta última a los receptores de alta afinidad FCeRI, reduciendo así la cantidad de IgE libre disponible para iniciar la cascada alérgica. El tratamiento de pacientes alérgicos con omalizumab resulta en una acentuada reducción en la expresión de los receptores FCeRI en los basófilos. Además, la liberación de histamina de los basófilos de individuos que habían sido tratados con omalizumab, se vio reducida aproximadamente 90% in vitro, tras una estimulación con un alergeno, en comparación con los valores previos al tratamiento.
En los ensayos clínicos, las concentraciones plasmáticas de IgE libre disminuyeron de manera dependiente de la dosis en el plazo de una hora tras la administración de la primera dosis y se mantuvieron bajas entre dosis. La reducción media de la IgE libre fue superior al 96% utilizando las dosis recomendadas. Las concentraciones plasmáticas de IgE total (es decir, unida y no unida al anticuerpo) aumentaron tras la primera dosis debido a la formación de complejos omalizumab: IgE, que se eliminan de manera más lenta que la IgE libre. A las 16 semanas posteriores de la primera dosis, las concentraciones plasmáticas de IgE total eran en promedio unas cinco veces mayores que los valores preterapéuticos, determinados con ensayos convencionales. Tras interrumpir la administración de omalizumab, el aumento en la concentración de IgE total y la disminución en la concentración de IgE libre inducidos por omalizumab fueron reversibles, sin que se observara ningún efecto de rebote en las concentraciones de IgE después del periodo de depuración farmacológica. Las concentraciones de IgE total sólo volvían a su valor preterapéutico al cabo de un año después de interrumpida la administración de omalizumab.
Experiencia clínica: Se evaluó la seguridad y eficacia de omalizumab en tres ensayos multicéntricos, controlados con placebo, con diseño doble ciego y distribución aleatoria.
Los ensayos clínicos se efectuaron en pacientes de 12 a 76 años que padecían de asma persistente, moderada o grave (criterios de NHLBI), desde hacía por lo menos un año, y que presentaban una reacción positiva frente a aeroalergenos perennes en un test cutáneo.
Los estudios 1 y 2 tuvieron por finalidad evaluar las exacerbaciones asmáticas. En la fase de selección, los pacientes de los estudios 1 (n = 525) y 2 (n = 546) presentaban un volumen espiratorio forzado al primer segundo (VEF1) variable entre el 40 y el 80% del valor predicho y se exigió que fueran sintomáticos en el momento del ingreso. El estudio 3 (n = 341) se diseñó para evaluar el ahorro de corticosteroides inhalados, sin fijación de un límite superior de VEF1 en la selección, y los síntomas estaban bien controlados en el momento del ingreso al estudio.
En el estudio 3, también se permitió el consumo de beta agonistas de acción prolongada; los pacientes recibieron por lo menos 1,000 µg/día de propionato de fluticasona y un subgrupo de ellos también recibió corticosteroides orales (n = 95).
En los tres estudios, los criterios de admisión incluían la demostración de por lo menos 12% de mejora del VEF, tras la administración de un beta agonista de corta duración y la administración concomitante de corticosteroides inhalados y beta agonistas de corta duración. Los pacientes que consumían otros medicamentos controladores o con tabaquismo en el momento del reclutamiento fueron excluidos. Se prohibió expresamente el inicio de la administración de medicamentos controladores adicionales durante el estudio.
En cada estudio hubo un periodo de lavado para lograr concentraciones estables del corticosteroide inhalado común (dipropionato de beclometasona, en los estudios 1 y 2; propionato de fluticasona en el estudio 3), seguido por una distribución aleatoria de los pacientes en los grupos de omalizumab o placebo.
En el estudio 3, los pacientes se dividieron en subgrupos para utilizar solamente el corticosteroide inhalado o el corticosteroide inhalado y esteroides orales a la vez. En los tres estudios, los pacientes recibieron omalizumab durante 16 semanas con una dosis constante del corticosteroide inhalado, salvo si la exacerbación exigía un aumento de la dosis.
A continuación, los pacientes entraron en una fase de reducción de corticosteroides de 12 semanas (estudios 1 y 2) o 16 semanas (estudio 3), durante la cual se intentó reducir gradualmente la dosis del corticosteroide inhalado (o del esteroide oral en el subgrupo del estudio 3).
La dosificación de omalizumab se basó en el peso corporal y en la concentración plasmática de la IgE total en la línea de base. Todos los pacientes debían tener una concentración basal de IgE entre 30 y 700 U.I. y un peso corporal inferior a 150 kg. Los pacientes recibieron tratamiento de acuerdo con una tabla posológica con el objetivo de recibir al menos 0.016 mg/kg/U.I.(IgE/ml) de omalizumab o un volumen equivalente de placebo en cada periodo de 4 semanas.
La dosis máxima de omalizumab por periodo de cuatro semanas fue igual a 750 mg; los pacientes cuya combinación de peso y concentración de IgE hubiera necesitado una dosis mayor de 750 mg fueron excluidos de los estudios. A los pacientes que iban a recibir más de 300 mg durante el periodo de 4 semanas se les administró la mitad de la dosis total cada 2 semanas.
En los estudios 1 y 2, se analizó la distribución del número de exacerbaciones por paciente en cada grupo de estudio de forma separada para cada periodo de reducción esteroidea y de estabilidad esteroidea. El número de exacerbaciones disminuyó en los pacientes tratados con omalizumab, en comparación con el placebo (véase la tabla siguiente).
Frecuencia de agudizaciones asmáticas
por paciente en los estudios 1 y 2
Fase de esteroide estable (16 semanas)
Estudio 1 Estudio 2
Agudizacio- XOLAIR® Placebo XOLAIR® Placebo
nes por n = 268 n = 257 n = 274 n= 272
paciente (%) (%) (%) (%)
³ 1 14.6 23.3 12.8 30.5
Valor de p 0.006 < 0.001
Media del
número de
agudizaciones/
paciente 0.28 0.54 0.28 0.66
Fase de reducción de esteroide (12 semanas)
Estudio 1 Estudio 2
Agudizacio- XOLAIR® Placebo XOLAIR® Placebo
nes por n = 268 n = 257 n = 274 n = 272
paciente (%) (%) (%) (%)
³ 1 21.3 32.3 15.7 29.8
Valor de p 0.003 < 0.001
Media del
número de
agudizaciones/
paciente 0.39 0.66 0.36 0.75
En los estudios 1 y 2, omalizumab fue superior al placebo con respecto a la variable de eficacia primaria que fueron las exacerbaciones asmáticas (definido como un empeoramiento del asma que requiriera la administración de corticosteroides sistémicos o de duplicación de la dosis basal de beclometasona) y a las variables de eficacia secundaria que incluían el ahorro de esteroides, a juzgar por la reducción significativamente mayor de corticoesteroides inhalados en los pacientes tratados con omalizumab.
Como ilustra la tabla anterior, el análisis del número de exacerbaciones asmáticas favorece más a omalizumab que al placebo en ambos periodos de estabilidad esteroidea y de ahorro de esteroides.
Las fases de extensión con diseño doble ciego de los estudios 1 y 2 revelaron que la menor frecuencia de exacerbaciones asmáticas se mantenía a largo plazo en los pacientes tratados con omalizumab, en comparación con los que habían recibido placebo.
En los estudios 1 y 2, se pudo demostrar una mejoría clínicamente importante en la calidad de vida del paciente asmático calculada por medio del cuestionario de calidad de vida de asma de Juniper al final del ensayo principal de 28 semanas de duración en el grupo de omalizumab, en comparación con el placebo (diferencia respecto del placebo, p < o = 0.001 en los estudios 1 y 2).
En el estudio 3, la reducción porcentual de la dosis del corticosteroide inhalado al final de la fase de tratamiento fue significativamente mayor en los pacientes tratados con omalizumab que en los que recibieron placebo (mediana 60% vs 50%, p = 0.003).